c3 project
2018 / guadalajara, jalisco
Multifamily Housing
Land Dimensions: 28.60m frontage by 15m depth
Land Area: 730.80m²
Construction: 1,384.75m²
Distribution: 1 basement and 5 residential levels
Photography by Lorena Darquea & Moises Mondragón
PROJECT DESCRIPTION:
In the heart of Colonia Americana, at the intersection of Colonias and Efraín Gonzales Luna streets, a project was commissioned to replace an abandoned single-family home with a collective housing development that revitalizes the neighborhood through architecture tailored to contemporary needs and lifestyles. The result is a building that combines pragmatism with sensitivity to both user and urban stimuli.
The interior spaces are open, flexible, bright, and light, capable of adapting to various uses, while the exterior façade is opaque, rigid, discreet, and serene. The building is conceived as a large mineral volume from which habitable spaces emerge through subtraction, ultimately becoming residences. A centralized circulation core connects different levels, featuring a prominent cantilevered staircase. The removal of one ground-floor unit allows for an entrance hall that serves as a meeting point for neighbors. At the fifth level, the building culminates in a contrasting "box" that houses the penthouse and a community service area with a terrace.
The design reveals its true nature without false coverings in pursuit of utopian perfection, showcasing its essence throughout. Reused pine wood slats cover the service volume of the apartments, leaving an imprint on the concrete as a memory of the structural process while adding warmth to the interiors through their physical and thermal qualities.
The project aims to enhance everyday experiences by exploring architectural essences through users' relationships with structure, materials, space, color, scent, light, and shadow—transforming routine into a sensory experience.
DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO:
En el corazón de la Colonia Americana, en la intersección de las calles Colonias y Efraín Gonzales Luna, se encargó un proyecto para sustituir una casa unifamiliar abandonada por un desarrollo de vivienda colectiva que revitaliza el barrio mediante una arquitectura adaptada a las necesidades y estilos de vida contemporáneos. El resultado es un edificio que combina pragmatismo con sensibilidad hacia los estímulos tanto de los usuarios como de la ciudad.
Los espacios interiores son diáfanos, flexibles, luminosos y ligeros, capaces de adecuarse a diferentes usos, mientras que la envoltura exterior es opaca, rígida, discreta y serena. El edificio se concibe como un gran volumen mineral del cual emergen espacios habitables a través de acciones de sustracción, convirtiéndose en viviendas. Un núcleo de circulaciones centralizado conecta los diferentes niveles, destacando una escalera volada como protagonista. La eliminación de uno de los departamentos en planta baja permite el ingreso al edificio a través de un zaguán que funciona como punto de encuentro entre vecinos. En el quinto nivel, el edificio culmina con una "caja" que contrasta en dimensiones, material, color y textura con el resto del volumen, albergando el penthouse y un espacio comunitario de servicios y terraza.
El diseño revela su verdadera naturaleza sin falsos revestimientos en busca de una perfección utópica, mostrando así su esencia en todo momento. Las duelas de madera de pino reutilizadas para cubrir el volumen de servicios de los departamentos dejan una huella en el hormigón como memoria del proceso estructural y aportan calidez a los interiores gracias a sus cualidades físicas y térmicas.
El proyecto busca elevar la experiencia cotidiana mediante el estudio de las esencias arquitectónicas a través de la relación del usuario con la estructura, los materiales, el espacio, el color, el olor, la luz y las sombras, transformando la rutina en una experiencia sensorial.